Como arlequines en el viento,
tu risa vuela y me acompaña.
Me envuelve y eleva en pleno otoño,
me hace crecer y madurar en el silencio.
Tal vez, anochezca para algunos
pero, mi amor, sólo tu amor me basta
para llegar al paraíso eterno en vida,
poder soñar despierto con tus ojos,
y así olvidar, del todo, aquellas lágrimas.
Del libro Presagio de luz
Gonzalo Salesky-
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