Me dividí en la noche aquella
y fui hembra descubriendo guaridas
ardiendo en el silencio de tu pie.
Rompí cansancios
me adueñé de la primavera
que traía calendarios sin tiempo.
Gané esa batalla de rectas y horizontes
enlazada a tus ojos…
Y fui gaviota sin alas en tu vientre de espumas.
Sucumbí en tus costas separando gemidos.
Traías el idioma sediento de la noche
Y una sábana rota se cruzó en los pliegues de mi grito
Y te quedaste conmigo.
María Manetti-
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