Recibí de patrimonio al mundo
Recibí el viento y la fuerza de la mar
Nadie podrá quitarme el canto del pájaro
Ni el susurro de las hojas
Es mío y comparto el efluvio enamorado de la lluvia
El flechazo de luz de los relámpagos
El velamen que mueve a la luna al ritmo de mi mirada
Este es mi planeta con volcanes, terremotos, ciclones
Con cantos de pájaros que abren las ventanas del alba
Me pertenece el sabor del mango
El pecado de la manzana
La mirada del necesitado
La redondez de los senos y el quejido del orgasmo de la mujer que amo
Y aunque es breve, muy breve
Me pertenece, también, el fugaz instante de la vida.
Orlando Pichardo-
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