En este puerto es de noche
y quiero abrazarte
aunque todavía
no me hayas dicho tu nombre,
tamaño muro para este mar
que fuimos, somos y seremos,
pero tu vestido es de vidrio
y mi traje es de aluminio,
y además porque tú eres una lastimada
y yo un arrepentido por no querer ser un lastimado;
te recuerdo que en este puerto es de noche
y el mar acostumbra al hombre
a hablar con su oreja,
e insiste e insiste pescar
un diálogo duradero
con las desconocidas,
y como fondo otra versión de la ciudad
como una caja de cigarros
sin saber por qué
tan apagada
todavía arroja humo.
Leonardo Zapata-