Mi madre estaba allí
en la noche interminable
en la más fría y azul de todas
y yo, no sé por qué
le toqué la frente helada
y sentí que somos una piedra
disfrazada unos años
entonces le hablé
como nunca lo había hecho
y le conté de ese río de lava roja
que aparece en mis sueños
y de esa tarde flotando en el mar
con ella
cuando descubrí sus ojos llenos de olvido
en los que vi un barco ardiendo
y mi cuerpo de niño flotando en el río
boca arriba
debajo de un cielo oscuro.
Creo que antes de morir
algo la había aniquilado
algo que no puedo pronunciar
pero siento que me acecha como a ella
y espera, pacientemente
devorarme.
Una sospecha me hizo abrirle un párpado
y vi el barco ardiendo nuevamente.
La abracé fuerte
como nunca lo había hecho
mientras el río de lava
me tragaba.
Del libro El pianista del Black Cat y otros poemas
Andrés Bohoslavsky-