Cimarrón azabache,
invisible en noches sin estrellas.
Corriendo cielos galopando nubes
perdido en la tormenta
en tu afán de progreso
El calendario fue marcando fechas,
madrugada de sueños
mediodía de batalla
atardecer…
¡Caída!
Dolorido, triste.
Fuerza interior.
Orgullo herido…
Te levantaste, débil aun
luchaste sin descanso.
La voluntad fue tu aliada
¡Venciste al destino!
En este cambio,
busca en tu corazón.
la causa que produjo tu caída.
Si los recuerdos afloran a tu piel,
Piensa, atesora.
Recuerda la niñez, a nuestros padres
y sus sombras protectoras,
sus enseñanzas!
¡Aquella casa donde fuimos tan felices!
Allí donde guardamos tantos sueños,
No permitas que pretendan pisotearlos…
¡Sólo tú eres el dueño!
Lydia Pistagnesi-