Cierta tarde
estando en el patio
sin nada con que entretenerme
noté que sobre el borde
del tapial de la medianera
había pedazos de vidrios de botellas
incrustados de punta.
No pensé “para qué estarán”,
pensé: “el que lo trepe se va a lastimar”.
Agarré una escoba, y con el palo
traté de quitar la amenaza filosa.
Abuela me vio y me explicó:
“Ladrones. Gente mala. Ser precavidos”.
No entendí: seguí pensando
cuánto daño le haría
a quien sea.
Maximiliano Sacristán-