Suena la campana
con el mismo tañido
de mantillas y alas.
Es igual al alborozo
que regocijó mi infancia,
y que escuchó mi abuela,
la de mirada clara.
Es la que anunció los azahares
en una noche magna,
en que toda de blanco,
mi madre se casaba.
Repicaste
en las jornadas albas
y en cada amanecer
de alas nubladas.
¡Ay campana tañedora,
anunciadora rojigualda,
también cantarás
cuando se vaya mi alma!
Hilda Augusta Schiavoni-