Yamila,
cuando el rabioso pájaro del desengaño
haga su nido en tus pupilas,
cuando conviertan tu pudor y tu alegría
en un espíritu feroz del desencanto,
cuando ese sádico fantasma que es el tiempo
invada tu rostro
y quizá en un hospital o un cementerio
erradiques por completo los engaños del ego,
cuando tu angustia se haga cólera
y después desesperanza,
cuando sientas muchas veces que estás perdiendo el juicio
y recuerdes de repente que todo es como un juego,
cuando hayas dominado finalmente
la inimaginable proeza de tu lucidez,
cuando comprendas definitivamente
que lo único valioso nace del desgarro,
cuando sepas que triunfar en lo que sea
sin odio o sin cariño
conlleva charlatanería,
cuando te llegue la vejez con su sereno vértigo
y transforme tu presente en un sueño desgastado,
no escribas el amor
con letras negras,
no admitas nunca
lo bello del ocaso.
Ojalá evites el reclamo
y los miedos y las lamentaciones;
una Luz irreprochable
te protege.
Damián Andreñuk-