Regresa el miedo de nuevo a mi cita
y las tardes languidecen exhaustas:
abatidas por patios y solanas
bajo el peso lerdo de su ‘sorimba’.
Herido animal de luz amarilla
se asoma a la noche desvencijada
y tras las cortinas deja espaciadas,
por los rincones, noticias furtivas
de antiguos miedos en todas mis dudas.
De nuevo tú, miedo: cómo arrasabas
convocando en ti la imagen abrupta
que agita en tu mal recuerdo la casa.
¿A qué regresas? ¿Por qué esta burla
si tú sólo abrumas nuestra morada?
Te tiento a solas, temeroso indago
la revelación de tu regazo: abro
la estancia y con medrosa voz te llamo.
Javier Cabrera-