Aquí,
se apoyan pájaros indiferentes.
Un nudo que ata los recuerdos
indicándoles que no se aparten,
hay huellas frescas todavía.
El espantapájaros sacó sus pies del limo,
camina por el surco,
busca el río,
aquella piedra,
el manojo de mies seca que le habla
de un tiempo
donde sus harapos tenían brillo de fiesta.
Un alambre desgarra mis brazos y deja al descubierto
estos huesos quebrados y el recuerdo
se hace arena.
Del libro Imaginando imágenes
Marta Julia Ravizzi-