El tiempo nada respeta
en su carrera veloz,
va marcando su pasaje
en el tic tac del reloj.
El tiempo gasta los sueños,
gasta la vida, gasta el amor,
al niño lo vuelve viejo,
torna triste el corazón.
Solo a Dios no le hace mella
por su divina condición
porque es el mismo, el de siempre
el de ayer, mañana y hoy.
El tiempo pasa y no vuelve
mi amor, igual que tú y yo,
disfrutemos los momentos
sin mirar nunca el reloj.
Del libro Corazón de poesía
Norma Costanzo-