Para encontrarte a solas,
tuve que cruzar la noche.
En profundos sueños, advertí tu sombra
y te vi distante una noche de octubre;
te busqué en el aire, en la muchedumbre;
te busqué en el mar, bajo las gaviotas;
me volví velero y navegué en tu orilla;
saltaste a mi lado huracán de seda,
delfín de mis días, cometa sin tiempo;
me hablaste al oído, vendaval de fuego;
me cubriste de olas, marejada gris;
aroma de arrullo, te encontré en la noche,
nadando en las aguas de mi mar azul.
Salta delfín en mis aguas tranquilas
y dame la clave del ritmo perfecto;
Invéntame olas
de luces coloridas,
de espumas saladas,
de largas estelas;
cúbreme de algas
en un remanso de estrellas
cuando haya encallado
en la empinada ruta
de tu océano.
Elcina Valencia-