Aquí estamos las madres negras
Petrificándonos
como un raro ejemplar
de otras edades.
Sin que estas palabras
puedan cambiar
las decisiones de los hombres
que mantienen los pueblos
en la sombra.
Aquí estamos las mujeres poderosas
rodeadas de atormentadores
reducidas a cenizas
por la mano del hombre.
¿Dónde va a florecer nuestra familia
si se contamina la vida en el Pacífico
y hacen estallar el espacio
rompen el aire de dragones imaginarios
si desequilibran las nieves de los Polos
y también las profundidades de la tierra?
Dónde alimentar la sonrisa de los hijos
con peces muertos, vegetales muertos, aire muerto
alimento envenenado
cabellos, piel, el color de los ojos
envenenado
la alegría de vivir envenenada.
Sin que ninguna de mis palabras
pueda cambiar nada.
Aquí me desintegro
sin haber tomado parte
ni ser poeta comprometida
con cualquiera de esas mentes destructoras
de mis generaciones sobre la tierra.
Raquel Jodorowsky-