Sé que siempre fuiste fiel conmigo.
Y sé que me fastidiaba estar a tu lado,
sin embargo, nunca te apartaste de mi.
Cuando me hartaba de ti, me alejaba.
Pero reconocí que no eres herida mala,
sino, la verdad presente frente a mis pies.
Reposé entrecortados tiempos en tus aires,
e ignorante, te reproché cosas que pasarían.
Las inciertas conclusiones solo te distorsionaban…
y al final, resultaste intacto y sin consecuencias.
Tú bien sabes saborear las agriedades,
las almas desesperadas y codiciosas de apego.
Tú sabes acomodar cada recuerdo en la perpetuidad,
e invadirme con tu frío: tan inestable y tan real.
Estás pertinazmente transparente entre las multitudes.
Y entre las sonrisas, vuelves a llenarme de tu manto gris…
para ya no reír…
(ni llorar).
Y sin saber, yo te espero
porque se que vendrás enseguida
a permanecer latente en mi conciencia.
Siempre volverás, como un fantasma indefenso,
como un solapado desenlace.
siempre estas…
(soledad)
Marina Gándara-
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