No sé qué pasará
con tu ternura
y mis ansias de amarte,
todo el tiempo.
No sé qué pasará
con tus caricias
y los besos
y el silencio
y nuestra risa.
No sé qué pasará
con el primer instante
de tu ausencia
ni con todo este caudal
de gran angustia
que gemirá tu nombre
en el desierto.
No sé qué pasará
la noche
la tarde
el día que te vayas
y no lo advierta.
María Cristina Bosch-