Nacieron sueños en tardes de diciembre.
Aroma de tilo los volvió transparentes.
Carecieron de cuna y cobertores.
La canción de nana
la cantó el abismo.
Al abrir los ojos ya eran viejos.
Los siglos fomentaron mansedumbre.
Nos pusimos a contarles
cuentos de hadas
para convencerlos de que eran principio.
Pero estaban marcados,
tenían el signo de los que nacen híbridos.
De todos modos
en tardes de diciembre
cuando el tilo recrea nuestro olvido
los sueños
que nacieron viejos
buscan las nanas que el abismo inventó.
Emilse Zorzut-
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