Donde la tierra cae en un frenesí de venas
la oí cantar esta mañana
él había llegado en las ancas mulatas de la noche
con el puñal de la risa escarbando en los fracasos
con una luz de selva arañándole los hombros
las mentiras
ella no supo
cómo cayó en la trampa de sus muslos
cuándo sus raíces la perforaron
para degollarla de piel
y surcarla como un arado de sol
que abre su huella donde el alba se piensa ceniza
ella no supo
cómo cayó en la trampa de su voz
que la nubló de brisas
y le soltó el pelo en ponientes y colinas
no supo
cuándo sus manos se volaron plumas
y retornaron
cada tarde
al nido de sus piernas
pero sabe que un día
le apretó el hijo en las caderas
y ahora lleva la selva
pujando luz en el hueco de su arcilla
por eso la oí cantar esta mañana
donde la tierra cae
en un frenesí de venas.
Alicia Perrig-
Pingback: 24 de agosto de 2011 : : Cronica Literaria