Desde cualquier sitio
escalones hablaron
a mis oídos, dijeron de todo.
Entonces, dejé el crepúsculo,
y subí a ponerle
unos brotes a la luna,
mandé párrafos al cielo.
Y con palabras nuevas,
puse en el hueso de la noche
un trabajo de estrellas.
Raquel Piñeiro Mongiello-