Vida que fuiste creciendo
en mi estatura, en mis grietas,
que te adheriste a mi carne
con un paisaje de estrellas
y le diste a mi mirada
la intensidad del planeta…
¡Vida! ¿Qué será de mí
cuando me cierres la puerta?
Desde el silencio de un vientre
te ofrecí mi mano abierta
descubriendo que tú y yo,
no estamos solas ni a tientas
mientras aire, sol y lluvia,
sean lenguaje de la tierra.
Que aún mi asombro se agranda
cuando la luna está llena
y siento el fervor de mi alma
palpitando en las praderas.
¡Ay, vida!, que no me importa
deshojar mis primaveras,
pues pintaré cada sombra
con el color que me llena.
Voy apretada a tu mano,
cerré los dedos en ella
e intemporal busco el paso
de una aurora sempiterna.
¡Vida! ¿Qué será de mí,
cuando me cierres la puerta?
Elvira Sevillano Marcos-