Arrasa en vendavales tu tacto subversivo
y crepita agitadora la leña de tus dedos
que deja a su paso un fuego al rojo vivo,
vestigios de dos cuerpos y sus enredos.
Arrastra turbulencias tu mirada sediciosa
y coacciona impía la brasa de tus ojos
que arremolina en la llegada pretenciosa
al descubrir la urgencia de tus antojos.
Arrolla tempestad tu caricia perturbadora
y exuda sed de más la tea de tus manos
que precipita en lluvia de sal devoradora
de apetencias e instintos tan humanos.
Despilfarra emociones tu beso impetuoso
y enciende la mía la antorcha de tu boca
que vencida se da al placer más virtuoso
y es en el atolón sacro donde desemboca.
Flavia Lorena Alderete-