Antes de ya no verte
te regalo los ojos donde estaban
cuando te vi.
Las palabras salvadas que atropellarán otras
cuando llegue la muerte con su tierra,
sus labios sin nada, sus lágrimas sin nada,
su paz sin nada.
Te regalo el espacio de la sobrevivencia
que se quede de mí,
ese pueblo con árboles y ríos,
el puerto y su inmigrante
desvelado de asombro.
Y antes de otros olvidos
sin firma, ni testigos, ni notario
la belleza que pasa apresuradamente
como una mariposa por la vida del tiempo,
el Cirque du Soleil con que interrumpo
el mundo, por ejemplo
la biografía de Cesarea Evora, que canta…
Y te regalo eso de andar diciéndote lo mismo
día y noche de lunes a domingo
siempre decir lo mismo
sin decirlo
porque lo sabés todo, como el sol y la luna
para que no se pierda.
José Antonio Cedrón-