El artista plástico Andrés Zerneri comenzó a juntar llaves en el año 2006, cuando se propuso hacer un monumento al Che Guevara, en homenaje al 80° aniversario de su nacimiento.
Para concretarlo no quiso solicitar ayuda al Estado, por lo que decidió llevarlo a cabo con la colaboración de los ciudadanos. Así fue como nació este canal de expresión, dando participación a la gente con algo tan pequeño, como es la donación de una llave.
En el mes de junio del año 2008, a pocos días de haber inaugurado el monumento al Che en la ciudad de Rosario, Andrés asistió a una conferencia de Osvaldo Bayer. Al finalizar, Osvaldo lo presentó ante el público y cuando se fueron apagando los aplausos, el prestigioso escritor agregó: “Qué bueno sería rendir un homenaje a los pueblos originarios con el mismo método”.
Andrés tuvo en cuenta esta sugerencia y a los pocos días, lo visitó para continuar hablando sobre el tema. La primera decisión que tomaron, fue consultarlo con representantes de Pueblos Originarios. En un comienzo, no se mostraron interesados en el proyecto, porque no se sentían identificados con monumentos. Creyeron que el bronce representaba al Estado, que siempre tomó decisiones sobre los espacios públicos sin consultar con el pueblo. Además, sentían que la Capital Federal nunca les había abierto las puertas.
Luego de varios encuentros y debates, decidieron aceptarlo por las mismas razones por las que antes se habían negado. Teniendo en cuenta que aumentando el conocimiento de su cultura, más fácilmente serán escuchados por toda la sociedad.
Habiendo logrado el consenso, Andrés decidió que sería la escultura de bronce más grande del país, por lo que deberá medir diez metros de alto. Para lograrlo se necesitan reunir 10 toneladas de bronce, cobre y estaño.
Comenzaron este trabajo pensando que las llaves eran el medio para cumplir un objetivo: la construcción del monumento. A causa de la amplia participación de la población, comprobaron que el monumento pasó a ser el medio y el objetivo: las personas con sus historias.
En el transcurso del tiempo, han logrado numerosos seguidores que propagaron el proyecto en las redes sociales. La idea se fue alimentando con otras opiniones, sobre la importancia del espacio público, por ser un lugar que nos pertenece a todos.
Andrés cree que en la actualidad, debemos “adornar” las ciudades para las próximas generaciones, teniendo en cuenta la ética en los símbolos y nombres de calles.
Este trabajo, coincide con una época en que se están cambiando las cerraduras tradicionales por sistemas electrónicos, magnéticos y biométricos. Las antiguas llaves quedan como recuerdos familiares, muchas personas sentimos que pueden tener un destino noble y las donamos, para concretar este símbolo que nos estaba faltando: UN MONUMENTO A LA MUJER.
En la actualidad cuentan con siete toneladas de metal y faltan otras tres, para comenzar la obra. Tienen pensado recorrer las 23 provincias durante 55 días, para dar participación a todo el país en la recolección de llaves. Está previsto llegar a Chubut entre los meses de febrero y marzo del próximo año.
zerneria@hotmail.com
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María Teresa Dittler
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