Me voy, amores. Soy la nada.
Sé que deseaban una sonrisa
en el fondo de la taza. No.
Estoy ahogado de intentos.
Quiero escuchar el sonido
de la muerte caminado alrededor.
Y, si camina en silencio, disparo
su muerte en un espejo.
Adiós. Buenas noches.
Ya no estaré para saludarlos.
Me voy porque no soporto
las sonrisas falsas de sus fotos.
Luis Camacho-
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