Nada queda

Nada queda del pasado. ¡Nada!
no hay muros ni casas viejas,
no hay troncos ni ramas,
sólo un camino que se aleja.

Busqué aquel árbol añoso
en donde escribí tu nombre
No lo encontré. Ya no existía.
El lugar es hoy un camino
que va lejos, muy lejos,
distraído como un niño,
olvidando al árbol viejo.

Miro mi sombra quieta,
siento pasar el viento.
No dice nada.
Todo es soledad y silencio.

Vuelvo sobre mis pasos
con nudo en la garganta.
No queda nada del árbol
ni del hombre que yo amaba.

Ya no volverá el pasado
Ni el árbol volveré a ver.
Ya no queda nada,
nada de mi niñez.

A.V. Fuentes-