“Anoche escuché tus gritos
en forma de susurros
parecías estar en el Jardín del Edén
gozando a plenitud de una realidad,
que te hizo bailar música catalana”.

“Y yo no tuve más remedio que acompañarte
en ese baile maravilloso en un final de Lujuria”.
“Y contemplar tu mirada extraviada.
Buscando un cielo imaginario”.

“Me siento lleno de gozo
al verte disfrutar la cadencia
melodiosa en las noches”.

“Ya no puedo mentirte mujer
me haces mucha falta
y ya no quiero apartarme de ti,
pues quiero sentir noche por noche
tus susurros candentes
llenos de esplendor”.

“Y al final viajar,
dentro de tus entrañas
para ver siempre en
tus ojos, buscar un cielo imaginario,
y yo gozar escuchando tus
susurros llenos de fuego”.

Jesús F. Saiz-