Hacia el origen

El ángel de la noche
clavó sobre mis hombros
el corazón del desamparo
quizás el rumbo de una estela gris
arranque al tiempo la fatiga
el dolor
la edad encanecida.
En el punto justo del regreso
el otoño de la savia
que huye
al latido del vientre
desencadene fantasmas
de atardeceres ausentes.
Y en su estallido
relámpagos abiertos al llanto
me dirán
de otros otoños
de sueños inconclusos.

Del libro “Geografía mínima”

Zulma Prina-