A ellos, en tres palabras
Serán siempre los mismos,
aunque caminen más lentos
y sus cabellos sean como la nieve,
y se quejen de contínuos dolores.
En ellos sigue ondeando
la bandera de la lealtad a la familia,
la luz con que superion criar
hijos, nietos y tal vez más generaciones.
Como nosotros, también fueron niños
ensanchados por la fantasía,
jóvenes que dieron la bienvenida al amor
y adultos que supieron ganarse
el respeto de tantos ciudadanos.
Esos viejecitos,
que han transitado el camino
por donde todos hemos de pasar,
merecen nuestro apoyo y honra,
porque Dios les ha dado un ángel
que les cuida - y nos cuida –
y ellos son alegría, auxilio, bendición,
guía, calor,
son realmente, en tres palabras:
“ABUELOS DEL CORAZON”
Caridad-
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