Aquella tarde
nunca fue mía
porque hubo golpes
reprimiendo el cansancio
tardío del hambre.
Busqué reposo
en la enagua de tu vientre
pero habías partido
a seguir la lucha
republicana de tus senos.
Y quedé solo
a destiempo
como una contienda
sin palabras.
Cuando volví
yo
apenas si recordaba
quien era
si es que alguien fui
aquella tarde
que nunca fue mía.
Raúl Pérez Arias-