Se alejó un día
la acompañaron pájaros
por el camino…
Este es un haiku de mi maestra Neri Mendiara y solo con estas, sus propias palabras, quiero despedirla.
Se agolpan los recuerdos de diez años de respetuosa amistad sorbiendo la profunda sabiduría de su sencillez, pero quiero compartir las últimas charlas telefónicas.
Meses atrás vió que estaban podando los árboles de su cuadra. Llamó a los operarios y les pidió que, por favor, cortaran una rama muy grande que tapaba una ventana de la habitación. Oh milagro, descubrió la luz y la casa de enfrente. Una vieja propiedad del escritor Lucio V. Mansilla, devenida en escuela y ahora, semiderruida, tapiada tal vez en vista de futuros arreglos y el suntuoso jardín con árboles de magnolias que se alborotaban de colibríes golosos libando su dulzura.
Y este fue un tema recurrente hasta que, como ella misma dice:
Se alejó un día
la acompañaron pájaros
por el camino…
Gracias Neri por todo y por tanto. En algún vuelo nos encontraremos.
Noemí Müller-