Caen al vacío fragmentos de mi vida.
Secuencia de escenas singulares, propias.
El golpe trisó la calma.
Regresan a mí, los temores,
me acechan inquietudes.
Palabras punzantes
clavadas en mis oídos.
Sueños perdidos, deseos acallados.
Las sombras, enamoradas
de mis pasos, no me dejan,
ni un solo respiro, ni un solo relevo.
Las imágenes vuelven una y otra vez,
Muestra del dolor encaprichado.
Derrumbe inevitable que desmorona
palmo a palmo, y sin pausa,
mi interioridad arrasada e infértil.
Graciela Di Laudo-