El codo en el mostrador,
la sonrisa algo inquietante,
un no-sé-qué de farsante,
inocente y seductor.
Está, seguro, al acecho
de alguna aventura en ciernes,
en especial hoy que es viernes
para redondear el hecho.
Lo esencial: dar en el centro
de esa dama acicalada,
así obtener su mirada
y concertar un encuentro.
Mientras todo esto sucede,
el café sigue aromando,
la intención se va gestando,
y el galán ahora procede
a definir su elección…
Aunque no sea la más bella
concretará con aquella
que acepte la invitación!
Silvia L. de la Cal-