Estoy aquí, sin ecos ni sonidos.
Sola de soledad en mi desierto.
Fría vivencia, rostro de algún muerto.
Cadencia sin vibrato y sin tañido.
Iglesia. Confesión de un sin sentido,
carencia muy sutil, cual desacierto.
Hostia, fragilidad, puerto sin puerto.
Vacío vivencial, hueco y olvido.
Recuerdos que se evaden. Algo mío
que quiero retener sin desvarío,
para justificar mi ser; pero carezco
de lucha por crecer en un pasado
cubierto de tristezas y, a mi lado,
sólo un ayer sin fe. Así fenezco.
Laura Beatriz Chiesa-