María Helena del Pozo de Rivera sabe muy bien lo que quiere y siempre lo ha conseguido. Suyos son el reino, el poder, la gloria: podría nadar en dinero, pues está casada con un poderoso empresario; es hermosa y refinada, ejemplo de buen gusto y alma de las fiestas. Además, para su absoluta dicha, tiene un primogénito en quien cifra grandes esperanzas: rebosante de cualidades, reales e imaginarias, Renato está destinado no sólo a dirigir el emporio empresarial creado por su padre, sino, con el tiempo, a convertirla en orgullosa abuela.
Nada es perfecto: María Helena tiene otro hijo, un potencial suicida… ¿Por qué Emiliano Rivera del Pozo quiere suicidarse? Porque perdió todo interés en el hipotético futuro. Porque este es un mundo inhóspito, propicio a la soledad. Porque le son indiferentes la opulencia, el poder, el brillo social. Porque, piensa, para sus padres, y en especial para su madre, nunca pudo ni podrá ser alguien más que el hijo invisible sobre cuyas cualidades sería un error tener expectativas. La vida, que siempre tiene otros planes, cambiará los destinos de todos ellos en una sola, áspera noche de esta novela desbordante y adictiva. (Editorial Alfaguara)