La orfandad de orgías letales
atraviesa los estigmas de mi cuerpo.
Recorro calles endemoniadas
veo escombros desairados
que mutilan mis pupilas.
Las limosnas conspiran contra el odio
y un conjuro de promesas
se adormece
en la pena de un pordiosero
olvidado.
Miro pasar la gente
y me veo a mí misma
en todos los seres.
Porque estamos hechos con la sustancia de las horas
quiero destruir las líneas sucesivas del tiempo
y crear en la eternidad
las vidas de un ciclo interminable.
Cristina Pizarro-