Felices las afortunadas
que consiguieron al hombre
que les entregó todo su amor
para ser feliz; porque aún hay desafortunadas
que todavía deben convivir
con el cobarde que las golpea.
Felices las ancianas
gracias a sus hijos
que les ayudan a subsistir,
porque hay ancianas
vendiendo en las ferias libres para poder subsistir,
gracias a la indiferencia
de sus hijos.
Felices las mujeres
que trabajan para ayudar
al sustento de la familia,
porque hay mujeres
que trabajan incluso para mantener al vago que no está
ni ahí con trabajar.
¡Bienaventuradas ustedes
porque el reino de los Cielos les pertenece!
Ricardo Ponce Castillo-
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