Cuando le preguntan a Elena Ferrante a partir de qué materiales construye sus historias, suele contestar que el punto de partida es algo que su madre llamaba frantumaglia: ese puñado de cosas de origen diverso que se agita con persistente desasosiego en nuestra cabeza; palabras, lugares, imágenes, fragmentos de memoria que flotan dispersos y que pueden sobrevivir, repiqueteando en la mente, durante años. De ahí el título de este volumen de cartas y entrevistas que nos lleva a su taller y nos permite echar un vistazo a los cajones hasta ahora cerrados de un talento peculiar.
Ferrante ha sabido convertir el costumbrismo en gran literatura. A medida que vamos leyendo se revela el origen de su pasión por la escritura, que dio sus primeros resultados con las tres novelas incluidas en Crónicas del desamor. Luego andaremos el camino que su intuición le marcó para llegar a crear a las protagonistas de la espléndida saga Dos amigas, y sus dudas a la hora de borrar párrafos enteros de un manuscrito o de añadir un simple adjetivo capaz de definir toda una historia.
La frantumaglia nos lleva hasta donde vive la verdadera Elena Ferrante, hasta el fondo de su escritura, sin que importe su persona, y lo que nos espera allí es el autorretrato de un genio que encuentra en las palabras la razón de vivir. (Editorial Lumen)
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