Bajo tu sombra estival
se cobijaban pájaros
destejiendo armonías
en la mañana clara.
Detrás, los cerros,
dormían sus sueños milenarios
en las rocas grisáceas.
Un hilo color plata
denunciaba el arroyo
que bajaba cantando
entre las piedras.
Hoy te encuentro desnudo,
despojado,
ramazón invernal,
negro silencio.
Aguardando, quizás,
la primavera
que reanime tu savia
te engalane con flores…
verdes brotes…
Esperando el regreso
de los pájaros
bajo los cielos azules
del verano.
Cris Fernández-