Viernes, un anuncio, una promesa, pequeño paraíso, el ruido del mar antes de verlo, la carta sin abrir, deseo de, lecturas, música, el olor del pan todavía en el horno, la espera del tiempo sin apuro del café con diarios desplegados en la cama. Una cita con la asamblea de pájaros del jardín. Un abrazo posible de paisaje. La boca que se prueba el gesto del beso o de la risa. El esbozo de tanto, una síntesis de vacaciones en la brevedad de los dos días por venir. Si fuera poema un haiku con la última línea en la tarde apenada del domingo que se va.
Cristina Villanueva-