Cuando estallen los fálicos planetas
los funda un vasto sol incognoscible
y mi Nada y tu Nada, indivisible
nos moren en vacíos de maquetas,
se destrone mi Luna en las horquetas
que escinda de un futuro impredecible
y todo lo que es hoy, será invisible
en vacíos sin luces, sin glorietas,
las pupilas de azul, las indiscretas
surgidas de alfas pátinas secretas,
del póstumo muñón de mi dislate,
tronarán para siempre, sus inquietas,
sus láminas de rimas y espoletas.
¡Mi Verbo, única luz, último vate!
Del libro Rimas insolentes
Rodolfo Leiro-