“Después de la tempestad viene… otra tempestad”, dice Fernando Samalea al empezar este recorrido por sus vivencias más recientes. Amigos, conciertos, viajes, amores, paisajes, en estas páginas todo transcurre con la naturalidad de lo extraordinario.
Samalea salta desde el Colón con Charly hasta el barcito de provincia con músicos veinteañeros; va de Nueva York a París, de Arequipa a Kioto; cambia el altillo de Constitución por el Barco de Villa Ortúzar. Abandona, durante un tiempo, ómnibus y aviones para subir a su querida Idílica y conquistar en dos ruedas casi toda Sudamérica. No conforme con la percusión y el fueye, con The Prostitution, la Orquesta Hypnofón y el Sexteto Irreal, también es bartender. Y como si ser Samalea no fuera suficiente, algunos lo llaman Palito y otros le piden autógrafos de Julio Bocca. Nunca es demasiado. (Editorial Sudamericana)