Se trata de curar heridas,
de sanar marcas,
de cicatrizar embestidas,
justo allí donde el dolor aprieta
y la negrura envuelve.
Es allí donde amanece,
acuden brisas tibias
de amorosas miradas.
Sostén son que liberan,
de tanto agobio,
llegan de abrazos repletas.
Heridas que dejan huellas
recordando que estuvieron.
Solo cicatrices en la piel,
nos hacen quiénes somos,
sí de heridas se trata.
Graciela Di Laudo-