Doblaré el mapa en mi bolsillo;
cruzaré famélico la tierra áspera;
el frío, padres, soportaré en silencio.
Busco un lugar de panes y de frutos;
un lugar sin tiranos ni disparos;
una tierra fértil cuyos pájaros inicien
días y más días de sol.
Sé de mares extensos;
sé que el hombre antepone su marca y medida
en todo entorno y repite
la diferencia sobre sus iguales.
Pero le pongo piernas al deseo
y doblo los mapas y los mares sufro.
Me voy, oh padres que duelen como astillas.
Alguno escribirá por mí las cosas nuevas.
Hay puertos tristes y puertos
que bajar en temblor. Llevo canciones
que aprendí desde niño.
Es del hombre
penetrar en la niebla.
Carlos Roldán-