Descalza camino,
dejando pequeña huellas
en la blanda arena.
Recorro la orilla,
ya nada es igual.
El agua moja mis pies
la espuma
se mete entre mis dedos,
me hace cosquillas,
como queriendo
arrancarme una sonrisa.
Una hilera de caracoles
tratan de correr una carrera,
me detengo y los observo,
es increíble
cómo esquivan los montículos.
Más adelante,
varias estrellas de mar
se han unido entre sí,
un enorme corazón
me impide seguir,
alguien adentro escribió
la palabra “amor”.
Mis ojos siguen unos pasos,
alzo la mirada y ahí estás,
las tibias arenas son testigo
de la unión tan esperada.
María Elena Herold-