hoy la calle de mi cuadra
amaneció con un hoyo nuevo,
por donde se avistan
sin la ayuda de los minúsculos,
las estrujadas pieles terrestres,
las lunas del silencio del mundo,
el útero ajado de la vida,
las semillas infernales del purgatorio,
los días y las noches
del espacio-tiempo,
los capilares a flor de piel
por donde corren los verdes
de los árboles y las flores,
las fosas vacías
donde una vez
los amantes hicieron el amor
con las mórulas pérfidas;
pero casi a la superficie
incluso relucen,
un sistema de pensamientos
que le darán las respuestas
a tus preguntas,
la expresión de la realidad
que no tiene nada que ver
con las apariencias,
los acontecimientos de la vida
que no invitaste a tu casa,
alguna que otra tinaja
para la posesión del vino,
aquél Luego sin consultar partida,
lo que ignorábamos
porque excepto el resto
sólo eran mentiras provisionales,
porque este nuevo hoyo
es más propenso al terror
que a los salideros de aguas,
porque aquí no relucen las estrellas
sino los ojos del abismo,
una mano que lejos de ayudarse
se asoma de vez en cuando
para que tú la tomes y halarte
hasta el final de los tiempos.
Leonardo Zapata-