Todos partimos de algún lado
a desandar los sombríos
rincones
oliendo a destierro
con la camisa cansada
nos duelen los relámpagos
en los ojos
y el amanecer queda lejos
y el camino emociona
y las penumbras se estiran
como sueños.
En el andar hay risas
y hay sangre
y hay hombres de manos
sospechosas
y huellas profundas
en la piel
y sollozos de pájaros
y calles de luna abismal
y de un espanto sucio
en el olvido.
Todos partimos de algún lado
con el íntimo deseo
de cerrar el círculo
que ha llenado nuestro corazón
de palabras.
Carlos Norberto Carbone-