Presencia descuidada en un intervalo sin fin.
Guardadora de ilusiones y amores.
Incansable, fiel portadora de momentos sin retorno,
de sensaciones distantes, casi extrañas…
Silenciosa es y paciente, sostén de una espera agonizante.
Cuenco repleto de colores y matices.
Cual lienzo donde emergen tonos sobre tonos,
pinceladas intensas, que libres danzan, entrelazadas
como la vida misma.
Cada trazo es auténtico, recorta lo homogéneo,
dando forma a experiencias ligadas por la memoria.
Cobija de las tempestades, huye de los atardeceres sombríos,
y se transforma en refugio que ampara de lo siniestro.
Graciela Di Laudo-