Barrido,
como mugre bajo la alfombra,
aullando como una diablo bajo la luna
de una noche entera,
en un rincón del infierno,
mucho para un matón de moscas,
un arruina periódicos
que arma crucigramas,
uno que mezcla en abundancia,
que se jacta de sus buenas ensaladas,
uno que cree tener una buena mano
en esta jugada,
en fin,
un fenómeno en estas pavadas,
así parece ser,
suelto de las correas
me muevo entre la gente,
aún no pasé a la inmortalidad,
Lucifer no me quiere en su bar,
será esta carta una señal,
un as de frivolidad,
porque también navegué en reuniones
de champán,
y acá me ves,
metiendo la cola
donde me den la oportunidad,
feroz, bestial,
asquerosamente sobrio,
irritable,
corrosivo como el plástico,
sobrehumano,
escarbando en tu culo,
buscando el gusano
de tu flor de manzana.
Martín Ojeda-
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