Aguas del Leteo,
saturadas con zumo de nepentes;
y beberé hasta ahogarme; y detener mi sueño;
y no tendré nubes en los recuerdos,
y se habrán borrados
como las ondas de la corriente,
que llegan a la orilla,
y fenecen.
No se ven; ni existen más.
Leteo borrara lo amargo, y mi arrugada frente;
mi vida se perderá en la nada;
ni recordada la tarde de mi muerte;
ni éste presente que se hace pasado
en el momento.
Veneranda Vaujin-