Puñalada despedida en el bajo fondo…,
nostálgico el botón de plata
colgado en la oscura pared de la noche
en que las callosas manos y arrugados labios
besan la lisa frente del guapo
casi recién parido…
El violín manipula las penas de quien toca
y el bandoneón virtuoso llena el vacío de los presentes…
Apresadas en su ajustado atuendo
las bellas mujeres con temperamento y con liga
son la atracción…,
dejan atrás y en segundo plano,
los gardeleanos arrebatos de un tango canción
Los caballeros lustrados con abundante gomina
apuestan por alguna mina,
y con sus zapatos rasgan las vestiduras aquellas
que dejaron de aspirar naftalina
en el viejo ropero…
Delante de una orquesta apasionada,
el baile seduce y presiona la pista
minada por soberanos excesos …
Lanzan miradas furtivas
y perfuman el salón cuando se desplazan
con sus fragancias rancias
que regaló la inigualable vieja
atenta y pobre
que añora su tiempo arrabalero,
prepara café y espera a su muchacho
mirando el estrecho pasillo
con su descosido chal olor puchero.
Leonardo Segovia-